ANIME (4) - SLAM DUNK
¡Buenas tardes amantes de lo asiático!
SLAM DUNK
Pero, vamos a ahondar un poco más y hablemos de Hanamichi Sakuragi, un chico pelirrojo de carácter complicado y excéntrico que comienza esta serie con unas motivaciones superficiales y lo acaba con una evolución de personalidad realmente espectacular que lo lleva a madurar dentro de la cancha de juego, tanto como jugador como persona. Sakuragi es el claro ejemplo de la superación, de la madurez y del aprendizaje de la disciplina. Un personaje que pasa de ser un bala perdida a un hombre que consigue el respeto tanto de sus compañeros de equipo como el de sus rivales. Un personaje que deja atrás su arrogancia para convertirse en un jugador excelente y convertirse así en uno de los protagonistas más profundos y carismáticos de un anime por méritos más que suficientes. Slam Dunk no sería lo mismo sin él y eso hay que elogiarlo (y admitirlo).
Pero una buena serie no crece solo alrededor de un buen protagonista, sino también de un buen conjunto de secundarios que en este caso acaban cogiendo igual o más protagonismo que Sakuragi. Desde un Rukawa que funciona como antítesis de Hanamichi a un Akagi que ejerce un papel de capitán lleno de determinación y disciplina máximas, ese personaje que sirve de guía a los demás. Sin olvidar a auténticas figuras como Hisashi Mitsui o Miyagi, ambos partes imprescindibles de esta maquinaria, el Shohoku era un disfrute sin fin gracias a ellos. Todos son personajes realmente complicados en cuanto a carácter, personajes que necesitan complementarse bien para poder seguir adelante, en los momentos más difíciles y que poco a poco lo consiguen. Esta serie pues, nos enseña que no es imposible reformar a alguien, hacerlo digno y llevarlo a un nuevo nivel dentro y fuera de la pista. Un viaje que todos debemos experimentar.
Y aunque el anime tiene un punto negativo que a día de hoy sigo sin llegar a entender, no quiero que dejéis escapar la oportunidad de verlo. Pero, ¿Cuál es el punto negativo? Pues que el anime nunca llegó a acabarse, al menos en nuestros lares, ya que llegados a cierto punto de la historia, éste quedó colgado. Por alguna razón los creadores decidieron no dotar de un final real a la serie y nos dejaron con ganas de más, con ganas de saber cual sería el futuro de Sakuragi y sus compañeros. El manga, en cambio, sí fue finalizado en su plenitud, por lo que si tenéis ganas de saber que pasa después del último episodio del anime, tendréis que ir a leeros los capítulos del manga adicionales que sí existen por los confines de internet. Aún así, y aunque nos hubiesen dejado a medias, la serie es una leyenda del anime, y no podemos dejar de recomendarla incluso con este hecho en contra.
Slam Dunk consigue que aquellos a los que no os gusta el baloncesto, comencéis a sentir ese gusanillo que se mueve en vuestro interior por saber más sobre él gracias a esta historia. Para aquellos que sí sean amantes de este gran deporte, supondrá un aliciente aún mayor para seguir adelante capítulo a capítulo, por lo que todo el mundo acaba ganando al adentrarse en esta serie. Sin duda, Slam Dunk está en mi top 3 de animes de todos los tiempos, Por lo que representa y por los valores que transmite. Ya sabéis qué ver esta semana; y si por el contrario ya la visteis en su día, creedme que vale la pena repetirla. Recordad, todo el mundo puede cambiar a mejor si se tocan las teclas adecuadas en los momentos adecuados, nunca deis por imposible nada de lo que hagáis ni desfallezcáis en vuestros sueños.
En la década de los 90 hubo un claro apogeo de series anime, que tomaron la televisión nipona y la hicieron suya con infinidad de historias entre las que se encontraba Slam Dunk, una serie llena de vitalidad gracias a un excéntrico protagonista llamado Hanamichi Sakuragi. Gracias a Takehiko Inoue, pudimos disfrutar del baloncesto gracias a una historia que ahondaba en el baloncesto de instituto de una forma inusual y muy original, enseñándonos que incluso los estudiantes más gamberros podían reformarse gracias a la pasión por este deporte.
Slam Dunk tiene muchas moralejas y cosas que enseñarnos como público, pues más allá de unos personajes realmente carismáticos o unos partidos llenos de frenetismo, la serie conseguía transmitirnos valores humanos necesarios para el día a día de nuestras vidas. El respeto, la deportividad, la amistad, el esfuerzo, la superación, el aprendizaje, la disciplina...todo ello forma parte de esta obra, que para mí se convirtió en una de las más recomendables dentro de su género y de su país. Si aún no sabéis que es Slam Dunk, os toca poneros la equipación y salir a descubrirlo a la cancha.
SLAM DUNK
Slam Dunk trata sobre la vida de Hanamichi Sakuragi, un pandillero que se convierte en un gran jugador de baloncesto, sólo para tratar de ligar con una chica de su instituto de secundaria. Una compleja historia con ingredientes románticos, cómicos y de autosuperación, en el cual el protagonista poco a poco irá descubriendo que siente cierta pasión por este deporte, más allá de las razones por las que se inscribió inicialmente en el equipo. Un anime lleno de matices, personalidades y objetivos cruzados que demuestran que la pasión puede surgir en cualquier momento y en cualquier lugar. Slam Dunk es mucho más que una historia, es una lección en todos los sentidos de un Takehiko Inoue que supo despertar en nosotros diferentes tipos de sentimientos que a día de hoy siguen en mi memoria y en la de muchos de nosotros.
El Shohoku se convirtió allá por los noventa en uno de los equipos ficticios referentes del anime japonés junto al New Team de Oliver Atom, y fue por méritos propios. Si algo tenían en común ambos animes era la superación de sus protagonistas y la pasión que sentían por ambos deportes, el baloncesto y el futbol. El Shohoku era (y es) un equipo formado casi plenamente por estudiantes conflictivos que se pasaban cada capítulo entre peleas y broncas con gángsters de poca monta y matones de tres al cuarto, con lo que todo cogía una nueva dimensión. Cada uno de ellos demostraba que, una vez dentro de una cancha, sus personalidades cambiaban drásticamente en 180 grados dejando de lado sus problemas de la calle para centrarse en aquello que les hacía sentir vivos: el baloncesto. Y es ahí donde este anime consigue comenzar a transmitirnos su pureza, pues nos sentiremos parte de este gran equipo a medida que aprenden juntos.
El Shohoku se convirtió allá por los noventa en uno de los equipos ficticios referentes del anime japonés junto al New Team de Oliver Atom, y fue por méritos propios. Si algo tenían en común ambos animes era la superación de sus protagonistas y la pasión que sentían por ambos deportes, el baloncesto y el futbol. El Shohoku era (y es) un equipo formado casi plenamente por estudiantes conflictivos que se pasaban cada capítulo entre peleas y broncas con gángsters de poca monta y matones de tres al cuarto, con lo que todo cogía una nueva dimensión. Cada uno de ellos demostraba que, una vez dentro de una cancha, sus personalidades cambiaban drásticamente en 180 grados dejando de lado sus problemas de la calle para centrarse en aquello que les hacía sentir vivos: el baloncesto. Y es ahí donde este anime consigue comenzar a transmitirnos su pureza, pues nos sentiremos parte de este gran equipo a medida que aprenden juntos.
Pero, vamos a ahondar un poco más y hablemos de Hanamichi Sakuragi, un chico pelirrojo de carácter complicado y excéntrico que comienza esta serie con unas motivaciones superficiales y lo acaba con una evolución de personalidad realmente espectacular que lo lleva a madurar dentro de la cancha de juego, tanto como jugador como persona. Sakuragi es el claro ejemplo de la superación, de la madurez y del aprendizaje de la disciplina. Un personaje que pasa de ser un bala perdida a un hombre que consigue el respeto tanto de sus compañeros de equipo como el de sus rivales. Un personaje que deja atrás su arrogancia para convertirse en un jugador excelente y convertirse así en uno de los protagonistas más profundos y carismáticos de un anime por méritos más que suficientes. Slam Dunk no sería lo mismo sin él y eso hay que elogiarlo (y admitirlo).
Pero una buena serie no crece solo alrededor de un buen protagonista, sino también de un buen conjunto de secundarios que en este caso acaban cogiendo igual o más protagonismo que Sakuragi. Desde un Rukawa que funciona como antítesis de Hanamichi a un Akagi que ejerce un papel de capitán lleno de determinación y disciplina máximas, ese personaje que sirve de guía a los demás. Sin olvidar a auténticas figuras como Hisashi Mitsui o Miyagi, ambos partes imprescindibles de esta maquinaria, el Shohoku era un disfrute sin fin gracias a ellos. Todos son personajes realmente complicados en cuanto a carácter, personajes que necesitan complementarse bien para poder seguir adelante, en los momentos más difíciles y que poco a poco lo consiguen. Esta serie pues, nos enseña que no es imposible reformar a alguien, hacerlo digno y llevarlo a un nuevo nivel dentro y fuera de la pista. Un viaje que todos debemos experimentar.
Y aunque el anime tiene un punto negativo que a día de hoy sigo sin llegar a entender, no quiero que dejéis escapar la oportunidad de verlo. Pero, ¿Cuál es el punto negativo? Pues que el anime nunca llegó a acabarse, al menos en nuestros lares, ya que llegados a cierto punto de la historia, éste quedó colgado. Por alguna razón los creadores decidieron no dotar de un final real a la serie y nos dejaron con ganas de más, con ganas de saber cual sería el futuro de Sakuragi y sus compañeros. El manga, en cambio, sí fue finalizado en su plenitud, por lo que si tenéis ganas de saber que pasa después del último episodio del anime, tendréis que ir a leeros los capítulos del manga adicionales que sí existen por los confines de internet. Aún así, y aunque nos hubiesen dejado a medias, la serie es una leyenda del anime, y no podemos dejar de recomendarla incluso con este hecho en contra.
Slam Dunk consigue que aquellos a los que no os gusta el baloncesto, comencéis a sentir ese gusanillo que se mueve en vuestro interior por saber más sobre él gracias a esta historia. Para aquellos que sí sean amantes de este gran deporte, supondrá un aliciente aún mayor para seguir adelante capítulo a capítulo, por lo que todo el mundo acaba ganando al adentrarse en esta serie. Sin duda, Slam Dunk está en mi top 3 de animes de todos los tiempos, Por lo que representa y por los valores que transmite. Ya sabéis qué ver esta semana; y si por el contrario ya la visteis en su día, creedme que vale la pena repetirla. Recordad, todo el mundo puede cambiar a mejor si se tocan las teclas adecuadas en los momentos adecuados, nunca deis por imposible nada de lo que hagáis ni desfallezcáis en vuestros sueños.
Conclusión: Slam Dunk es una serie anime mítica que aboga por la superación y una trama de lo más divertida. Además, la serie está creada por y para los amantes del baloncesto, haciéndonos aprender sobre las reglas y la deportividad de este maravilloso deporte mientras vivimos las aventuras y desventuras de Sakuragi, un protagonista atípico. Maravilloso anime.
OPENING DE SLAM DUNK:
FICHA TÉCNICA DE SLAM DUNK:
Título original: Suramu Danku (Slam Dunk)
País: Japón
Año: 1993
Duración: 22 min.
Director: Nobutaka Nishizawa, Junji Shimizu, Toshihiko Arisako, Kazuhisa Takenouchi
Género: Anime / Comedia / Drama / Deporte
Estudio / Porductora: Toei Animation
Autor Manga: Takehiko Inoue
Nota: 9'5/10
Twitter: @myasianmadness
¡Hasta pronto y a ver mucho cine asiático!
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