KURUI MUSASHI

 Una leyenda desperdiciada.

¡Buenas tardes amantes de lo asiático!

Es una pena, pero hoy traigo malas noticias, pues la película de la que vengo a hablar ha sido una tremenda decepción se mire por donde se mire. Kurui Musashi era una de las películas japonesas a las que más ganas le tenía este año y ha acabado siendo un viaje agotador y lleno de baches que no cumplen con lo esperado. Una cinta de samuráis que dista mucho de la epicidad esperada de una producción de este estilo por poco presupuesto o recursos que tenga. 

Sin duda, Kurui Musashi es una oportunidad perdida que carece de puntos fuertes y está repleta de errores que acaban sumándose en pos de una conclusión realmente indigna. Ni el guión de Sion Sono (el cual parece no haber escrito más de dos hojas del mismo, por la ausencia casi total de diálogos) ni la infrahumana dirección de Yûji Shimomura, un director que llegados a este punto puedo decir que tiene un talento nulo para el séptimo arte, consiguen captar nuestro interés más allá de los primeros 7 minutos. Una debacle samurái a la que preferiría no haber asistido.




Sinopsis: Película que, en un único plano secuencia, muestra la más famosa batalla del espadachín Miyamoto Musashi, una figura casi legendaria al derrotar él solo a más de 400 enemigos. Acción sin freno que acaba descarrilando a los pocos minutos y que después sigue tambaleándose de forma peligrosa hacia un final desolador. Una historia que podría haber dado mucho más de sí al tener entre sus filas a uno de los más grandes samuráis de todos los tiempos: Musashi Miyamoto (escritor de El libro de los cinco anillos).

Me gustaría comenzar esta reseña de una forma positiva, pues dentro de unas pocas líneas no pararé de describir el descalabro que supone el conjunto de este largometraje. Lo mejor de Kurui Musashi son sus primeros 7 minutos, los cuales captan nuestra atención, justo antes de que el título de la película se nos plasme en pantalla y comience el plano secuencia más infame jamás visto en la historia del cine. Esos primeros minutos de los que hablo contienen todas las ideas y planteamiento que deberían haber llevado a cabo durante todo el metraje y que al final no fue así, conversaciones entre samuráis en un enclave boscoso previas a la tormenta de sangre que se cierne sobre todos. Se nos presentan varios personajes, en este caso samuráis, que nos cuentan el conflicto que mantienen contra Musashi. Y hasta ahí todo bien, pues los personajes son interesantes y la profundidad aceptable para una introducción a la historia. Pero luego...comienza lo duro.




Tak Sakaguchi (Musashi en la película) aparecerá en escena en el momento menos esperado, con una entrada estelar y épica que nos hace creer que lo que vamos a ver es digno de nuestro tiempo, pero todo se derrumba tan rápido como comienza. Sakaguchi dedicará todo el tiempo delante de cámara a dar tumbos de un lado a otro sin ningún tipo de matiz interpretativo y con unos movimientos en repetición que nos harán creer que vivimos dentro de un bucle. La monotonía que nos invadirá será tal que a la media hora (o incluso antes) nos sentiremos totalmente agotados de ver caer espadazos más falsos que un billete de 3 euros.

Quiero centrarme en el personaje de Sakaguchi, pues éste carece de ningún tipo de personalidad, ya que ni el director ni el guionista decidieron darle ni diez minutos de introducción en pantalla para desarrollar ciertos aspectos de su carácter. Solo vemos a un samurái callado e introvertido con cara de pasota que parece no querer otra cosa que ver correr la sangre a lo largo y ancho de su katana. Siendo Musashi Miyamoto una leyenda del Japón Feudal y sabiendo toda la historia que le rodea podrían haber enfocado la película de una forma mucho más épica, pero no, se han dedicado a hacer correr la sangre como si fuese un mercenario cualquiera y despojándolo de toda su leyenda.




El tema más triste de todo esto es que algunos conocemos la figura de Musashi y sabemos lo que cuentan sus historias, pero aquellos que desconozcan sus pormenores andarán muy perdidos y solo sabrán apreciar el seguido de "katanazos" que nuestro protagonista irá propinando a todo aquel que se le acerque. La cinta carece de una buena dirección o interpretaciones a la altura y lo que es peor, sus coreografías de batalla son lamentables, viendo como Musashi se carga al 90% de los enemigos de la misma forma y sin añadir ningún tipo de estilo o movimientos diversos para darle variedad a las peleas. Tajos laterales, bajos o directos a la cabeza son todo lo que veremos durante la hora y media de plano secuencia inservible que nos ofrece la película.

Más allá del vestuario todo carece de ningún tipo de calidad o intención, pues las feas localizaciones son un buen ejemplo de cuan plana es esta producción, que además está rodada en unos exteriores elegidos con un mal gusto importante. Todo es gris, seco y carente de vida. También debo hablar de un movimiento de cámara tosco y descuidado, que más allá de adentrarnos en el fragor de la batalla consigue todo el efecto contrario, descentrándonos con planos que no favorecen a la acción y que demuestran una vez más la falta de ideas preocupante de todo el equipo. ¿Y sabéis qué es lo peor? Que nos damos cuenta de que los secundarios y extras que van cayendo víctimas de la espada de nuestro protagonista no saben ni morirse bien. Muchas veces se tiran al suelo a destiempo, se tocan zonas en las que no han sido heridos o incluso se levantan del suelo después de un espadazo directo a la cabeza. Veremos a algunos de ellos caer heridos de muerte al suelo y arrastrarse hasta salir del plano para luego volver a unirse a la batalla como si nada hubiese pasado y haciendo ver que son nuevos samuráis que acaban de llegar por la falta de extras para las escenas. Triste, pero cierto.




A todo ello hay que sumarle ciertos duelos contra minijefes que lejos de añadir algo de épica a esta insufrible historia, solo consiguen reafirmar el desastre por no conseguir causar un mínimo de interés en los combates por parte del espectador. No hay apenas sangre, ni desmembramientos, por lo que resta cualquier tipo de crudeza o violencia que pudiese entrañar la trama. Personajes que se lanzan a morir varias veces en la misma postura uno tras otro o la repetición de movimientos antes descrita nos hacen pensar que asistimos a un videojuego hack n' slash cualquiera en modo fácil, en vez de a una película. Si hasta podemos ver como Musashi se para de vez en cuando a descansar mientras encuentra botellitas de agua y snacks por el camino para recuperar energía...Para llevarse las manos a la cabeza.

Si a todo lo comentado sumamos la poca música ambiental que existe y que la poca que hay no aporta nada, sentiremos un dramatismo nulo en el que la muerte de cualquier personaje nos da absolutamente igual. Piezas prescindibles de un engranaje defectuoso. No conectamos ni esperamos hacerlo en ningún momento, la frialdad nos rodea. Una broma de hora y media que no hace ninguna gracia y que dudo que tuviese la intención de hacerla. Kurui Musashi se toma demasiado en serio a sí misma y acaba pagándolo muy caro. Una pérdida de tiempo absoluta que solo os hará enfadaros por el tiempo perdido. Huid rápido y no miréis atrás, insensatos.




Conclusión: Kurui Musashi es agotadora. Una de las peores películas de samuráis de los últimos años. Carece de profundidad argumental o de personajes interesantes, no tiene ningún mérito a destacar y acaba siendo un aburrimiento de proporciones épicas. Una manera lamentable de desaprovechar la leyenda de uno de los samuráis más famosos de la historia de Japón: Musashi Miyamoto. Sin sentido, sin sangre, sin originalidad.


TRÁILER DE KURUI MUSASHI:




FICHA TÉCNICA/ARTÍSTICA DE KURUI MUSASHI:

Título original: 狂武蔵 (Crazy Samurai Musashi)
País: Japón
Año: 2020
Duración: 91 min.
Director: Yûji Shimomura
Guionista: Sion Sono / Atsuki Tomori
Música: Hidehiro Kawai
Fotografía: Yasutaka Nagano
Reparto: Tak Sakaguchi, Kento Yamazaki, Arata Yamanaka
Productora: -
Género: Acción / Histórica
Nota: 2'5/10


NO DISPONIBLE EN PLATAFORMAS PARA SU VISIONADO.

NO DISPONIBLE EN BLU-RAY NI DVD EN ESPAÑA.


¡Hasta pronto y a ver mucho cine asiático!


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