EL RINCÓN DE LA NOSTALGIA (13) - LADY SNOWBLOOD

¡Buenas tardes amantes de lo asiático!

Volvemos de nuevo a nuestro rincón más nostálgico para hablar de Lady Snowblood, una obra maestra con mayúsculas del cine japonés que sirvió, más de treinta años después, para inspirar a uno de los maestros del cine, Quentin Tarantino, para crear su gran Kill Bill. Esta película basada en la época Meiji del Japón más clásico centra su historia en una sociedad donde los samuráis aún son eje central de la cultura nipona y donde las traiciones y los engaños son el pan de cada día. En medio de todo encontraremos a Yuki, nuestra letal y preciosa protagonista. 

Lady Snowblood nos narra la venganza que Yuki lleva a cabo y todos los hechos que vive en sus agitados días en forma de novela, dividiendo la película en capítulos y dejándonos con ganas de más y más tras finalizar cada uno de ellos. ¿Cuál es el motivo de su venganza? ¿Conseguirá su objetivo esta asesina de sangre fría y métodos refinados? Si queréis saber esto y mucho más, no os perdáis este sublime largometraje, que tan solo un año después recibiría una segunda parte del mismo nombre y con su misma protagonista.


LADY SNOWBLOOD






Una jovencita llamada Yuki Kashima, nació en la cárcel en una fría noche como instrumento de una venganza, ya que su padre, fue brutalmente asesinado al ser confundido con un asesino del gobierno Meiji, suerte que también compartió su pequeño hermano. Su madre logró vengarse de uno de los asesinos, pero por ese asesinato fue condenada a cadena perpetua y para continuar su venganza, se dedicó a acostarse con todos los presos y carceleros que pudo, hasta conseguir quedar embarazada; para que su hijo (que resultó ser hija) terminase la venganza por ella. Por desgracia o por suerte, Saya murió al dar a luz a la pequeña Yuki, una niña que fue educada y brutalmente entrenada por el monje Dokai para conseguir el objetivo heredado de su madre.

Los que sin duda seáis amantes del cine de Quentin Tarantino tendréis varios dejà vú con esta película que tienen su lógica y explicación, ya que muchas de las escenas que veremos en Lady Snowblood, fueron prestadas muchos años después por el maestro para crear su famosa Kill Bill. Desde el entrenamiento de la pequeña a manos de un monje, al estilo de lucha y lo sangriento de las batallas, todo formó parte de la obra de Tarantino en su momento. Quería dejar claro esto para que seamos conscientes que algunos artistas modernos han bebido mucho de obras orientales para dotar a su cine de un cáriz mucho más único y especial. El cine japonés ha tenido mucho peso en el cine mundial, sobretodo en la época más clásica del séptimo arte, por lo que siempre es enriquecedor echar un vistazo a la memoria de la filmografía nipona, como hoy haremos con la película que nos ocupa.




Dicho esto, y con ese curioso dato aclarado, debo decir que Lady Snowblood no es una cinta para todos los públicos, incluso en ocasiones podríamos decir que tiene un nicho específico de audiencia, por lo que antes de verla, debéis aseguraros de que tanto la temática del Japón feudal como el cine clásico os agradan sobremanera para permanecer atentos y claros frente a la pantalla. Además, hay que decir que esta película no tiene un ritmo muy ágil, tomándose su tiempo y pausa a la hora de explicar los hechos que van sucediéndose. Tengamos en cuenta que un motivo claro de ello es que tanto el director como el guionista quisieron ser fieles a su apartado más novelístico (pues el largometraje está basado en una novela japonesa) y que además no pretendían llevar a la película por terrenos de la acción fácil.

Uno de los motivos que resuenan con más fuerza en mi cabeza a la hora de recomendar esta película a cualquier amigo o persona que tenga dudas sobre ella o que simplemente no la conozca, es la actuación estelar de Meiko Kaji, una mujer que tuvo el grueso de su carrera centrado entre los años 60 y 70 (con gran carisma), en los que trabajó para distintos y reconocidos directores de la época como pudo ser Kinji Fukasaku o Shunya Ito, convirtiéndose en una actriz fetiche para ellos. Eso sí, poneros en la piel de aquellos años para entender ciertos matices de interpretación o momentos de la trama, pues la influencia es clara. Aún así, aunque la diferencia entre aquellos y estos tiempos sea evidente, es de valorar el esfuerzo puesto en esta preciosa historia.




Otro de los temas a tocar en este recordatorio de esta obra clásica es el de la recreación de los años Meiji, pues hay un detalle y un aroma feudal de lo más trabajado, transportándonos directamente a aquellos años y haciéndonos partícipes del movimiento de sus calles. La decoración y la ambientación consiguen hacernos entrar en la historia con facilidad. Parte de este logro reside en la fotografía, con planos muy bellos y con otros muy impactantes. Realmente es de agradecer la sorpresa que supone un mimo como este a la hora de explicarnos una venganza tan importante como la de nuestra protagonista.

Y no puedo olvidarme de la cantidad de sangre que hay en cada batalla o asesinato que veremos en el celuloide, pues asistiremos a una nulidad absoluta de la censura. Lady Snowblood no es de medias tintas, sabe lo que quiere, y nos lo entrega con exceso y violencia. Y su violencia no es de esa ruda, bruta y poco refinada, no, es de una brutalidad poética, con sentido y llena de contundencia. Hay planos que nos sorprenden al estar hablando de una época en la que incluso los sonidos de las pistolas eran falseados, pero donde los cortes de la espada de Yuki no parecen para nada de mentira. Ver lo explícito de esta cinta en la época en la que se estrenó nos hace conscientes de cuan avanzada a su época estaba.




Toshiya Fujita fue un director de corta carrera y pocas películas en su haber, pero si algo podemos decir es que algunas de ellas fueron referentes claros del cine moderno, entre ellas la que hoy nos ocupa. Fujita dedicó su cine a tocar varias épocas y temáticas, no estancándose en una misma ambientación o historia, por lo que cada una de sus obras es diferente y única. Su última película como director, Revolver, fue estrenada en 1988, pero siguió en el mundo de la interpretación hasta el día de su muerte, en 1997. Así pues, podemos ver lo entregado que estaba este hombre al séptimo arte y el amor que sentía por él.

Acabo esta entrada recomendando fervientemente a todos aquellos que sean amantes del cine japonés que no se pierdan esta película. Lady Snowblood es un referente, un clásico y una obra diferente a las demás. El estilo de su protagonista, de su historia y de la misma venganza crearon escuela tanto dentro como fuera del país. Hay mucho que aprender de ella por lo que no hay excusa alguna para perdérsela y más con las facilidades que tenemos hoy en día para ver cine. Espero que a partir de hoy se os abra el apetito para ver el cine clásico japonés. Dejad que Yuki os abra en canal ese corazón cinéfilo.




Conclusión: Lady Snowblood es un clásico con todas las letras. Una película que creó escuela (Tarantino la usó como referencia para su Kill Bill) y que a día de hoy sigue luciendo muy bien. Con una actuación estelar de Meiko Kaiji y una narración más próxima a la novela que al cine, Lady Snowblood nos presenta una historia muy interesante sin censura alguna. Sangre, venganza y paz.


TRÁILER DE LADY SNOWBLOOD:




FICHA TÉCNICA DE LADY SNOWBLOOD:

Título original: Shurayukihime (Lady Snowblood)
País: Japón
Año: 1972
Duración: 97 min.
Director: Toshiya Fujita
Reparto: Meiko Kaji, Toshio Kurosawa, Masaaki Daimon, Miyoko Akaza
Género: Thriller / Drama
Nota: 9/10


ELEMENTOS DESTACABLES DE LADY SNOWBLOOD:

- Una banda sonoro espléndida.
- Una historia de venganza realizada con gusto y sin tapujos.
- La actuación de Meiko Kaji, inolvidable.
- Un ritmo acertado que no cae en la acción fácil.
- Hay sangre a borbotones, sin censura, con escenas impactantes para la época.
- Un final con momentos inesperados uno tras otro.


Twitter: @myasianmadness


¡Hasta pronto y aver mucho cine asiático!

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