NAKED BLOOD
¡Buenas tardes amantes de lo asiático!
NAKED BLOOD
Con estas tres vidas dedicadas a cada uno de los problemas u obsesiones de nuestras protagonistas, la película nos explica como el experimento potencia la locura de cada una de ellas para conseguir sus objetivos. Y es ahí cuando comencemos a divisar hacia donde se dirige el clímax de esta obra. Con recursos limitados, tanto el maquillaje como los efectos que veremos en este largometraje son muy precarios. Los momentos más sangrientos rezumarán cutrez, y aún así nos quedaremos sorprendidos con los regueros de sangre que correrán escena tras escena. Es una película muy gore, muy asquerosa y a ratos muy desconcertante, pero es ahí donde radica la belleza y la clave de cada uno de sus fotogramas.
Hay que decir que su final está a la altura de lo visto anteriormente y que intentar entender la psique de cualquiera de los personajes que vemos puede llevarnos a nosotros mismos a la locura, por lo que os invito a dejaros llevar por la película con la mente en blanco, sin esfuerzos. No es que el guión sea complejo ni mucho menos, pero darle un par de vueltas no nos hará ningún bien. Sin duda, esta es una de esas películas de culto que lo son por su extralimitación. Dicho esto, no voy a extenderme más en esta entrada, pues creo que la hora y poco de duración de esta película se explica por sí sola. Eso sí, tened cuidado con algunas escenas donde veremos automutilaciones y cercenación de miembros por doquier. Nos salpicará la violencia.
Propongo hoy recordar ese cine más bizarro, ese que nos hace explotar la cabeza en mil pedazos y que nos deja agotados mentalmente con Naked Blood, una película que va más allá de todos los límites escritos y no escritos del séptimo arte para entregarnos poco más de una hora y cuarto de locura que se propasa en todos los sentidos. Sangre, vísceras y esquizofrenia argumental se juntan para demostrarnos que siempre podemos descubrir cosas mucho más oscuras y perturbadoras.
Estrenada en 1995 y dirigida por Hisayasu Sato, Naked Blood nos explica la historia de un experimento sin garantías que provocará una serie de efectos secundarios en las tres chicas utilizadas como sujetos de prueba que las llevará a los límites de la conciencia humana y de aquello que es correcto o no. Con mucha violencia y siendo muy explícita en sus imágenes, esta película consigue que apartemos la vista de la pantalla varias veces por lo bestia de los hechos. ¿Cuáles son los entresijos de dicha locura?
NAKED BLOOD
Un científico manipula el experimento científico de su madre con su propia droga, que transforma el dolor en una experiencia placentera. Por desgracia para las tres mujeres que participan en el experimento, el fármaco funciona demasiado bien. Con esta básica premisa, el guión va enrareciéndose hasta el punto más violento que ninguno podamos imaginar. Cuando el dolor se convierte en placer y la tristeza en felicidad ocurre algo que ninguno hemos pensado, que lo que es perjudicial para nosotros mismos no lo veremos como tal, y por lo tanto corremos el riesgo de acabar con nuestras vidas. ¿Qué pasaría si alguien que disfruta la comida pudiese comerse a sí mismo? ¿Qué pasaría si alguien que busca la belleza eterna pudiese manipular su cuerpo hasta límites insospechados?
Esas preguntas son clave para entender este largometraje que nos hace reflexionar sobre las manías y las obsesiones de aquellos que disfrutan sobremanera sus propios fetiches. En esta ocasión tenemos a tres mujeres que funcionan como conejillos de indias de un experimento de lo más bizarro. Cada una de ellas tiene un fetiche o dolencia que iremos descubriendo poco a poco con el paso de los minutos. En una de las escenas al comienzo de la película se nos explicara que es lo que les aporta a cada una de ellas un placer mayor. La primera tiene insomnio, utilizando una máquina de realidad virtual que acalla su problema dejándola descansar. La segunda disfruta tanto la comida que prefiere no tener un cuerpo bonito a perderse un manjar. Y la última de ellas busca la perfección estética, queriendo ser bella de por vida.
Esas preguntas son clave para entender este largometraje que nos hace reflexionar sobre las manías y las obsesiones de aquellos que disfrutan sobremanera sus propios fetiches. En esta ocasión tenemos a tres mujeres que funcionan como conejillos de indias de un experimento de lo más bizarro. Cada una de ellas tiene un fetiche o dolencia que iremos descubriendo poco a poco con el paso de los minutos. En una de las escenas al comienzo de la película se nos explicara que es lo que les aporta a cada una de ellas un placer mayor. La primera tiene insomnio, utilizando una máquina de realidad virtual que acalla su problema dejándola descansar. La segunda disfruta tanto la comida que prefiere no tener un cuerpo bonito a perderse un manjar. Y la última de ellas busca la perfección estética, queriendo ser bella de por vida.
Con estas tres vidas dedicadas a cada uno de los problemas u obsesiones de nuestras protagonistas, la película nos explica como el experimento potencia la locura de cada una de ellas para conseguir sus objetivos. Y es ahí cuando comencemos a divisar hacia donde se dirige el clímax de esta obra. Con recursos limitados, tanto el maquillaje como los efectos que veremos en este largometraje son muy precarios. Los momentos más sangrientos rezumarán cutrez, y aún así nos quedaremos sorprendidos con los regueros de sangre que correrán escena tras escena. Es una película muy gore, muy asquerosa y a ratos muy desconcertante, pero es ahí donde radica la belleza y la clave de cada uno de sus fotogramas.
Hay que decir que su final está a la altura de lo visto anteriormente y que intentar entender la psique de cualquiera de los personajes que vemos puede llevarnos a nosotros mismos a la locura, por lo que os invito a dejaros llevar por la película con la mente en blanco, sin esfuerzos. No es que el guión sea complejo ni mucho menos, pero darle un par de vueltas no nos hará ningún bien. Sin duda, esta es una de esas películas de culto que lo son por su extralimitación. Dicho esto, no voy a extenderme más en esta entrada, pues creo que la hora y poco de duración de esta película se explica por sí sola. Eso sí, tened cuidado con algunas escenas donde veremos automutilaciones y cercenación de miembros por doquier. Nos salpicará la violencia.
Conclusión: Naked Blood es una bizarrada sin parangón que forma parte de ese cine más loco proveniente de Japón. En la línea de otras obras como Ichi the killer o la más reciente Gun Woman, Hisayasu Sato nos demuestra que la locura humana no tiene límites y decide complementarlo con ríos de sangre y mutilación que nos dejan perplejos. Sin censura ni pudor, Naked Blood es un clásico del cine de Serie B japonés que es difícil olvidar.
FRAGMENTO DE NAKED BLOOD:
FICHA TÉCNICA DE NAKED BLOOD:
Título original: Nekeddo burâddo: Megyaku (Naked Blood)
País: Japón
Año: 1995
Duración: 76 min.
Director: Hisayasu Sato
Reparto: Misa Aika, Yumika Hayashi, Miha Kirihara
Género Terror / J-Horror
Nota: 5/10
Twitter: @myasianmadness
¡Hasta pronto y a ver mucho cine asiático!
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