THE CON ARTISTS

¡Buenas tardes amantes de lo asiático!

Volvemos al día a día del blog después de los dos avances del Festival de Sitges de este año que os he traído estos últimos días. Hoy os presento una película de lo más comercial y con un happy end no muy satisfactorio, pero de la que quiero hablar para poder poneros un ejemplo del cine coreano que no me gusta. The con artists (la cual tiene varios títulos diferentes) es el modelo de cine más próximo a Hollywood, ese proyecto que ya se siente prefabricado desde el minuto uno y que puede echar para atrás a los mayores amantes del cine más puro.

Con un presupuesto estándar y un desarrollo previsible hasta decir basta, adivinaremos su final en minutos muy tempranos. Puede que no sepamos exactamente como sucederán las cosas, pero sabemos que nuestros protagonistas se saldrán con la suya. Este es uno de los factores que lapidan monstruosamente esta película y que le quitan la poca gracia que tenía. Así pues, preparaos para pasar dos horas entretenidas, pero indiferentes.


THE CON ARTISTS






Un experto en reventar cajas fuertes tendrá 40 minutos para robar un dinero de procedencia ilegal que se encuentra escondido dentro de un edificio de aduanas en el aeropuerto de Incheon (Corea del Sur). Con esta premisa tan simple que echa para atrás, The con artists intenta introducirnos en el mundo criminal de los robos con un tono cómico y distendido que a veces se hace demasiado absurdo y que le quita credibilidad al conjunto demasiado rápido. El equipo de atracos protagonista no es precisamente el más carismático, por lo que no esperéis que al acabar os sintáis satisfechos plenamente.

El protagonista y líder de este equipo criminal es demasiado superficial y el estilo que le han aplicado a la hora de vestir es bastante hortera y extravagante, demasiado para mi gusto. Este estilo tan pasado de vueltas hace que nunca nos lo lleguemos a tomar en serio y que parezca más un intento forzado por aportarle personalidad con cosas externas a lo que es su propio carácter. Agrego también el factor comentado anteriormente de los happy end, que ya no son lo que eran; y es que hoy en día ya no resulta muy satisfactorio ver como el protagonista sale indemne de una situación tan surrealista como la de un atraco como el de esta película.




La premisa es verdad que ha funcionado a las mil maravillas en otras películas de este estilo como The thieves (El gran golpe), pero en esta ocasión es como si el director y su equipo hubiesen cogido todos los elementos que hicieron grande a esas producciones y hubiese bajado el listón y la calidad de cada uno de ellos sin excepción. Hay varias escenas de la película en las que desconectamos por saber que el diálogo que vamos a escuchar ya lo hemos oído antes y eso hace que el guión vaya perdiendo fuerza con el devenir de los acontecimientos. Está claro que esta película ha sido hecha por encargo, por lo que el aroma artificial sobrevuela el metraje durante todo el rato.

Otro de los puntos que hay que tener en cuenta es el del prototipo de personajes que vemos en pantalla, todos son tan estereotipados que podemos sufrir de indiferencia aguda. El antagonista es el típico político-mafioso que piensa que lo tiene bajo control cuando no es así. La chica con la que el protagonista hace negocios acaba cayendo en un romance insufrible con él que no aporta profundidad a la trama, además de ser la típica modelo nada realista que vemos en este tipo de películas. Y qué decir del resto del equipo, cuyos personajes están creados con unas limitaciones de personalidad muy graves. La construcción de personajes es insulsa y aberrante, seguramente el factor definitivo para clasificar a la película de mediocre.




Concluyo pues comentando el tema de la acción, un apartado que puede destacar por encima de lo demás, pero que queda desvirtuado por los constantes movimientos de cámara. Y me explico en este punto, pues la cámara nos proporciona planos prefabricados al igual que muchas otras cosas que veremos en pantalla. La cámara se mueve como intentando hacernos sentir una adrenalina forzada que nos acaba sacando de las persecuciones o peleas. El director intenta desesperadamente que su película luzca espectacular y acaba enterrando todo su esfuerzo por un empeño fallido. Nunca es buena idea intentar forzar a sentir al público.

Llegados a este punto debo hablaros pues del director, Kim Hong-Seon, un hombre que empezó su carrera con la tercera parte de la conocida película coreana If you were me y que después se lanzó al blockbuster con esta The con artists. Tres años después rodó The chase, que aunque parece que salió algo mejor que la película de hoy, también siguió el cáriz de esta producción. Y el protagonista, Kim Woo-Bin, es un actor que a mí personalmente me cae bastante mal por no tener mucho talento a la hora de actuar (o por no haber sabido elegir sus papeles con cuidado y precisión) y que parece que aquí solo pretende fardar de su posición de engreído y chulesco ladrón sin importarle nada lo más absoluto. Cuando sientes que el protagonista no tiene debilidades y que parece más frío que el mármol sin un trabajo previo, la cosa acaba fatal para el largometraje. Así pues, una película bastante olvidable.




Conclusión: The con artists es una película que solo pretende entretener, llegando a ser demasiado plana en algunas ocasiones y con unos personajes tan estereotipados como aburridos. Su protagonista no aporta el carisma suficiente a un producto que nos hace desconectar en demasiadas partes de la historia. El final es previsible y eso nunca es bueno. Muy olvidable.


TRÁILER DE THE CON ARTISTS:




FICHA TÉCNICA DE THE CON ARTISTS:

Título original: Ki-sool-ja-deul (The con artists)
País: Corea del Sur
Año: 2014
Duración: 117 min.
Director: Kim Hong-Seon
Reparto: Kim Woo-Bin, Kim Yeong-Cheol, Ko Chang-Seok
Género: Acción
Nota: 4'5/10


Twitter: @myasianmadness


¡Hasta pronto y a ver mucho cine asiático!


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