LO MEJOR DE LA ANIMACIÓN (15) - QUIERO COMERME TU PÁNCREAS
¡Buenas tardes amantes de lo asiático!
QUIERO COMERME TU PÁNCREAS
Pero la fortaleza de esta cinta reside en su mensaje y en su narrativa, ambos de una profundidad salvaje que no nos dejará indiferentes. Los detalles hacen gala de una exquisitez extrema, dejándonos claro el trabajo que se halla tras toda esta historia compuesta para paladares exigentes. La película sabe abrir interrogantes y cerrarlos con elegancia, no dejando ningún cabo suelto y finalizando con unos últimos diálogos de lo más conmovedores. La película nos enseña dos etapas de una enfermedad: esa en la que el enfermo intenta hacer feliz a todos los que le quieren cumpliendo sus últimos deseos en el proceso antes de decir adiós y la pérdida que supone para aquellos que le aman, las consecuencias y el proceso de aceptación de la misma. Sin duda, este es un viaje al interior de las personas, a los corazones y sus acciones. Y es en su final cuando veremos cuan importante es entender el mensaje de esta película, que lejos de ser triste, intenta enseñarnos la cara más dulce de la tragedia. Hay vida después de una muerte.
No os preocupéis por pasarlo mal, pues la mayor parte del metraje está basado en la relación de nuestros dos protagonistas, con sus virtudes y sus defectos y sabiendo aportarse mutuamente lecciones de vida que no se pueden aprender por uno mismo. Si algo nos podemos llevar de Quiero comerme tu páncreas es las sutileza a la hora de tocar un tema tan escabroso como complicado, pues no todas tienen esa sensibilidad para hablar de ello. Un chico introvertido y una chica que es todo lo contrario, dos vidas que parecían ir en direcciones opuestas que se encuentran en un punto en el que nunca más serán los mismos. Si queréis saber qué significa el título de esta pequeña joya, no tendréis más remedio que adentraros en ella y descubrir que a veces no hay más felicidad que la de los pequeños momentos que compartimos con aquel alguien especial que todos hemos tenido o tendremos alguna vez. Si aún no habéis ido al cine a verla, no sé que estáis esperando.
Hoy quiero deleitaros con una propuesta que nos hace retornar a una sección que me encanta tocar de vez en cuando: lo mejor de la animación. En este caso os hablaré de Quiero comerme tu páncreas, una película emotiva y llena de vitalidad que nos enseña unas lecciones de vida muy importantes e interesantes. Estrenada en España esta semana pasada tras haber pasado previamente por el Festival de Sitges del pasado año, os aconsejo pasaros por cualquier cine cercano dónde podáis verla, solos o en compañía.
En este caso viviremos la amistad entre dos adolescentes con una relación muy peculiar que deberán hacer frente a algunos de los momentos más difíciles de sus vidas. Gracias a ser polos opuestos en cuanto a sus personalidades, ambos comenzarán a aprender el uno del otro bajo una situación de lo más triste: la enfermedad terminal de ella. Un drama con trazas de romance y momentos realmente realistas que nos llevan a reflexionar sobre la vida y la muerte de una forma preciosa y para nada deprimente. Una película que merece todos nuestros respetos.
QUIERO COMERME TU PÁNCREAS
Un día, un solitario estudiante de secundaria encuentra un libro de bolsillo en el hospital. Su título es "Conviviendo con la Enfermedad". Resulta ser un diario de una compañera de clase, Sakura Yamauchi, en el cual escribe que, debido a su enfermedad pancreática, le quedan sólo unos cuantos meses de vida. Esto hace que surja una amistad entre ellos muy especial, desvelando la difícil circunstancia por la que atraviesa Sakura no sólo en relación a su enfermedad, sino también a otros factores que convierten su día a día en una cruel pesadilla. Un relato íntimo y muy emotivo sobre cómo afrontar la muerte, la vida y los momentos que se dan entre ambas. Quiero comerme tu páncreas es una de las grandes sorpresas de la animación del año pasado, una de esas obras que serán recordadas con el paso de los años.
La película es una constante de virtudes que no podemos parar de enumerar, desde unos personajes carismáticos a una relación que se fundamenta en las personalidades opuestas, todo brilla con luz propia. Es verdad que no estamos ante una animación que destaque por su originalidad o eficacia visual (aunque su final es realmente evocador a nivel visual), pero sin duda funciona como un tiro, dejándonos claro desde un principio que lo más importante es lo que se nos cuenta y cómo lo hace. La sencillez se huele en cada plano que el director nos regala con emoción, pues en ningún momento se intenta acudir a una animación barroca o unos giros de guión efectistas, cosa que hace que la película gane enteros para ese público más exigente. Y si bien es verdad que tendremos momentos de puro anime clásico como música a tope de bandas de rock al uso (incluido un opening clásico) o momentos de toque adorable entre sus protagonistas, no le haremos ascos a nada de ello.
La película es una constante de virtudes que no podemos parar de enumerar, desde unos personajes carismáticos a una relación que se fundamenta en las personalidades opuestas, todo brilla con luz propia. Es verdad que no estamos ante una animación que destaque por su originalidad o eficacia visual (aunque su final es realmente evocador a nivel visual), pero sin duda funciona como un tiro, dejándonos claro desde un principio que lo más importante es lo que se nos cuenta y cómo lo hace. La sencillez se huele en cada plano que el director nos regala con emoción, pues en ningún momento se intenta acudir a una animación barroca o unos giros de guión efectistas, cosa que hace que la película gane enteros para ese público más exigente. Y si bien es verdad que tendremos momentos de puro anime clásico como música a tope de bandas de rock al uso (incluido un opening clásico) o momentos de toque adorable entre sus protagonistas, no le haremos ascos a nada de ello.
Pero la fortaleza de esta cinta reside en su mensaje y en su narrativa, ambos de una profundidad salvaje que no nos dejará indiferentes. Los detalles hacen gala de una exquisitez extrema, dejándonos claro el trabajo que se halla tras toda esta historia compuesta para paladares exigentes. La película sabe abrir interrogantes y cerrarlos con elegancia, no dejando ningún cabo suelto y finalizando con unos últimos diálogos de lo más conmovedores. La película nos enseña dos etapas de una enfermedad: esa en la que el enfermo intenta hacer feliz a todos los que le quieren cumpliendo sus últimos deseos en el proceso antes de decir adiós y la pérdida que supone para aquellos que le aman, las consecuencias y el proceso de aceptación de la misma. Sin duda, este es un viaje al interior de las personas, a los corazones y sus acciones. Y es en su final cuando veremos cuan importante es entender el mensaje de esta película, que lejos de ser triste, intenta enseñarnos la cara más dulce de la tragedia. Hay vida después de una muerte.
No os preocupéis por pasarlo mal, pues la mayor parte del metraje está basado en la relación de nuestros dos protagonistas, con sus virtudes y sus defectos y sabiendo aportarse mutuamente lecciones de vida que no se pueden aprender por uno mismo. Si algo nos podemos llevar de Quiero comerme tu páncreas es las sutileza a la hora de tocar un tema tan escabroso como complicado, pues no todas tienen esa sensibilidad para hablar de ello. Un chico introvertido y una chica que es todo lo contrario, dos vidas que parecían ir en direcciones opuestas que se encuentran en un punto en el que nunca más serán los mismos. Si queréis saber qué significa el título de esta pequeña joya, no tendréis más remedio que adentraros en ella y descubrir que a veces no hay más felicidad que la de los pequeños momentos que compartimos con aquel alguien especial que todos hemos tenido o tendremos alguna vez. Si aún no habéis ido al cine a verla, no sé que estáis esperando.
Conclusión: Quiero comerme tu páncreas impacta por el realismo en su propuesta, llegando a unos niveles de dramatismo y naturalidad comparables a los de A silent voice. Como nuestra protagonista dice en más de una ocasión, esta película es una representación de las cosas cotidianas y de cómo enfrentar la muerte con una sonrisa. Una obra con gran corazón que merece una oportunidad para saber qué es la vida y como afrontar el final de la misma.
TRÁILER DE QUIERO COMERME TU PÁNCREAS:
FICHA TÉCNICA DE QUIERO COMERME TU PÁNCREAS:
Título original: Kimi no suizô wo tabetai (Quiero comerme tu páncreas)
País: Japón
Año: 2018
Duración: 108 min.
Director: Shin'ichirô Ushijima
Género: Animación / Drama / Romance
Nota: 8'5/10
LO MEJOR DE QUIERO COMERME TU PÁNCREAS:
- Unos personajes atractivos y llenos de vitalidad y carisma.
- Una historia narrativamente preciosa.
- Un apartado sonoro que siempre nos acompaña en los momentos más intensos.
- Realismo y naturalidad fuera de lo común.
- Un cuento sobre la pérdida, la amistad y el amor precioso.
- Tiempos perfectamente orquestados.
- La película tiene claro cómo y cuándo enseñar sus cartas.
- Ritmo ameno y con momentos realmente emotivos.
- Un final artísticamente original.
Género: Animación / Drama / Romance
Nota: 8'5/10
LO MEJOR DE QUIERO COMERME TU PÁNCREAS:
- Unos personajes atractivos y llenos de vitalidad y carisma.
- Una historia narrativamente preciosa.
- Un apartado sonoro que siempre nos acompaña en los momentos más intensos.
- Realismo y naturalidad fuera de lo común.
- Un cuento sobre la pérdida, la amistad y el amor precioso.
- Tiempos perfectamente orquestados.
- La película tiene claro cómo y cuándo enseñar sus cartas.
- Ritmo ameno y con momentos realmente emotivos.
- Un final artísticamente original.
Twitter: @myasianmadness
¡Hasta pronto y a ver mucho cine asiático!
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