BLANK 13

¡Buenas tardes amantes de lo asiático!

Regresamos a Japón después de unos días para hablar sobre un drama que ahonda en el tema de la pérdida y la familia de una manera casi poética. Protagonizada por Lily Franky (Shoplifters), la película nos hará sacar nuestro lado más sensible gracias a unas interpretaciones que ponen la piel de gallina y una historia que no da cuartel. El título de esta bella obra es Blank 13, en referencia a los 13 años de desaparición de un padre, cuyo hijo y familia no saben nada durante ese período de tiempo. Una vida contada a través de las vivencias de los asistentes de un funeral que intentarán clarificar la trayectoria de este misterioso hombre.

Esta pequeña maravilla que estuvo presente en varios festivales de cine tanto conocidos (estuvo en el Festival de Toronto) como no tan conocidos (Festival de Singapur o el Festival de cine japonés de San Francisco) dejó muy buen sabor de boca a todos aquellos que tuvieron la ocasión de verla incluso ahondando en el trágico drama que supone su trama. Basada en hechos reales, esta historia no necesita mucho para emocionarnos. Corta pero muy intensa, Blank 13 es una de esas obras que debemos ver si nos gusta el séptimo arte.


BLANK 13







El padre de Koji Matsuda desaparece un día sin dejar rastro tras cargar con fuertes deudas económicas. 13 años después, Koji encuentra a su padre, pero se entera de que éste sufre un cáncer terminal que le otorga solo 3 meses más de vida. Será pues, 3 meses después, cuando el padre muera y se celebre su funeral, que Koji y su familia conozcan la historia de su padre gracias a los curiosos asistentes que asistirán al funeral. ¿Qué nos contaran cada uno de ellos? Blank 13 es puro sentimiento, una película que no se basa tanto en qué va a ocurrir sino en cómo ocurre. Esta película es un viaje a través de los sentimientos de una familia destrozada por el abandono, colérica por la falta de respuestas y triste por un futuro incierto. El funeral pues, será pues ese río por donde fluirán los sentimientos y pensamientos de cada personaje, haciendo de esa última despedida algo especial e inesperado.

La película comienza con un dato muy interesante y real que no muchos saben o piensan en él. En los países con una limitación más grande en cuanto a terreno, se suelen incinerar a los muertos para así no ocupar más espacio del necesario y ahorrando así ese espacio para otros menesteres. La incineración se lleva a cabo entre 900 y 1200 grados, siendo así que en tan solo una hora, un cadáver pasa a estar totalmente hecho cenizas y preparado para introducirse en su consiguiente urna. En Japón, se suele usar este método mucho más de lo que imaginamos por motivos evidentes. Así pues, gracias a estos pequeños datos, comenzamos una historia que no solo va del ritual de un funeral, sino de como vive una familia dicha despedida. Un drama precioso que sabe jugar con esa tristeza de forma muy bella en su escasa hora y diez minutos.




La música no hace apenas acto de presencia, dejando que vivamos la historia de una forma muy natural, pues lo único que oiremos será una ambientación sonora sin filtros, sin forzarnos en ningún momento a sentir. Hay una libertad implícita en los silencios que se crean entre los personajes y las escenas, consiguiendo que todo se sienta cercano. Además, su corta duración es un punto a favor, pues el guión no se anda por las ramas y va de cara al grano. Esto va sobre la pérdida, sobre el abandono y sobre todos aquellos sentimientos que nos crean una cierta tristeza interior inexplicable. ¿Cómo afrontaríais vosotros un reencuentro con vuestro padre después de 13 años sin saber de él? Eso es lo que la película nos quiere transmitir, a parte de todo lo mencionado anteriormente. La aceptación y el perdón son cosas nada fáciles de asimilar y debemos reflexionar sobre ello cada vez que podamos.

La película, de la cual no voy a profundizar argumentalmente, ya que todo se basa en las sensaciones y opinión de cada uno, mezcla de forma muy efectiva los viajes entre los recuerdos y el presente de los familiares afectados gracias a una serie de peculiares flashbacks que no desentonan para nada. En cada uno de ellos viviremos breves fragmentos de momentos que vivieron junto al padre ya fallecido para así conocer más sobre él. Un hombre acosado constantemente por culpa de una vida llena de deudas económicas que lapidaron su pasado y futuro. Por culpa de ello, se nos enseñará la cara más cruda de dicha situación, la de una madre a cargo de dos hijos que deberá tirar a su familia hacia adelante cuando más difíciles son las cosas, además de, por supuesto, una infancia rota en la que no cabrán más que el miedo, la ira e incluso las lágrimas.




Todo ello puede parecer harto dramático, pero en realidad el tono de la película consigue mantenerse en una fina cuerda en la que se equilibrarán un ligero toque de comedia que aligera el propio drama. Durante el metraje podremos ver también una inteligencia en cuanto a la composición que es digna de mención, como el momento de la conversación entre el padre y el hijo en la azotea del hospital, cuando se da su difícil reencuentro. En dicha escena veremos una separación entre ambos patente que no solo refleja la distancia que hay entre ellos a nivel físico sino emocional. Un momento realmente complicado de transmitir que consigue llegarnos gracias a dicha composición del plano. Una película lúcida y precisa en sus detalles que muchos deberían ver para entender aquel cine que trasciende la pantalla de nuestras casas.

Ésta es el primer largometraje del conocido y joven actor Takumi Saitoh, el cual ya había dirigido un par de cortometrajes y que había centrado su carrera a la interpretación con casi 130 producciones en su haber y un larguísimo currículum del que es casi imposible destacar una sola película. En esta ocasión, este hombre no ha podido estar más acertado en su debut, llevando a la gran pantalla una historia basada en hechos reales que no puede dejar a nadie indiferente. Así pues, Blank 13 se convierte a en una pequeña maravilla que no quiero dejar escapar y que creo que puede hacer las delicias de aquellos más exigentes. Espero que acabéis de pasar un buen día aunque sea ablandando vuestros corazones.




Conclusión: Blank 13 es puro sentimiento, un drama que sabe transmitirnos la tristeza del abandono y la desolación de un futuro incierto. Sus personajes nos transmiten ese vacío existencial que queda al perder un padre; y el funeral juega entre la comedia y el drama para hacernos sentir ese toque más humano. Un viaje sensorial que nos hará pensar en nuestras propias vidas y vivencias.  


TRÁILER DE BLANK 13:




FICHA TÉCNICA DE BLANK 13:

Título original: Blank 13
País: Japón
Año: 2017
Duración: 70 min.
Director: Takumi Saitoh
Reparto: Lily Franky, Yoshikazu Ebisu, Cookie
Género: Drama / Comedia
Nota: 8/10


Twitter: @myasianmadness


¡Hasta pronto y a ver mucho cine asiático!


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