A BITTERSWEET LIFE, UNA VIDA AL LÍMITE

¡Buenas tardes amantes de lo asiático!

Hace ya muchos años, Kim Ji-Woon no era la figura conocida e importante que es hoy en día y no conocíamos mucho su cine, pero con una de sus películas consiguió dar el salto a la fama y a ese mundo lleno de riqueza y talento que es el cine coreano. A bittersweet life es una de las películas que le dio a conocer fuera de su país (junto a Dos hermanas) y que le otorgó un respeto máximo por parte de crítica y público. Es verdad que no fue la primera película que rodó, pero es la que nos enseñaba lo que estaba por venir con más exactitud.

En A bittersweet life vimos características y elementos que luego se pondrían en práctica en Encontré al diablo, puliéndolos aún más y llevándolos a la perfección. Y es eso lo que hoy voy a analizar ya que me parece muy interesante poder echar una mirada a ello para poder conocer mejor este tipo de cine. Sin más dilación, os presento una de las películas que más me gustan de todo el cine asiático. Hospedémonos en este hotel de grandes secretos.


A BITTERSWEET LIFE




Sunwoo (Lee Byung-hun) no es sólo el gerente de un hotel, también es la mano derecha de un mafioso local llamado Kang (Kim Young-chul). El día que éste le ordena que vigile a su prometida, de la que sospecha pueda estar viéndose con otro hombre, su suerte cambiará fatídicamente. Enamorado en secreto de la chica, Sunwoo decide perdonar la vida de su amante aunque eso provocará las iras de su jefe, con consecuencias en extremo dolorosas.

Con un reparto estelar y una dirección de auténtico lujo, la película comienza de manera bella y llena de preciosas imágenes que nos emboban frente a la pantalla. Degustando lo que parece un delicioso postre en el restaurante de un hotel, nuestro protagonista recibe un mensaje de uno de sus trabajadores, momento en el cual decide levantarse y comenzar a pasearse por el hotel en dirección a un destino desconocido para nosotros. Así comienza la película, así comienzan los primeros pasos de un hombre que no ve venir lo que se le viene encima.




Una vez salgamos de ese hotel comenzará de verdad todo el lío de la trama. Nuestro protagonista deberá hacer de canguro de la chica de un mafioso con pocos escrúpulos y con empatía nula que no dudará en castigar sin piedad a todo aquel que lo decepcione. Un carácter que denota una maldad implícita en sus acciones y en su manera de ser. Pero lo que de verdad no se puede controlar en todo este pequeño caos de traiciones y castigos es el amor, como siempre, un problema que acarreará un destino fatídico a Sunwoo.

Sunwoo es un personaje de nobleza y bondad dentro de un mundo que no está hecho para él. Notamos en su mirada, plano a plano, que él no está todo lo a gusto que podría, pero que acepta su trabajo y su destino con firmeza y determinación. Tiene claro su camino y tiene clara cual es su faena. Pero incluso en una determinación inquebrantable hay debilidades, y Sunwoo no es un hombre sin ellas. Una chica se cruzará en su camino y en su vida, dándole así un ejemplo de lo que su corazón siente en realidad, no solo por ella sino por su vida. 




Una vez deba tomar la decisión que desemboca en todo el problema de la historia, y lo que le llevará al límite, es cuando decidirá replantearse muchas cosas de las hechas hasta el momento. Un debate ético interior que no parará de torturarle y que al final, sacará su verdadero yo de dentro de él. Un punto de inflexión que nos hará recorrer diferentes lugares durante la película en los que sucederán momentos claves para llegar a un final de auténtica lírica y belleza a us vez. El cine mafioso tuvo con esta película un antes y un después y es que películas como New World, Nameless Gangster o Encontré al diablo surgieron de aquí, de este origen. Kim Ji-Woon mostró el camino y otros lo siguieron, incluido él.

Además podemos ver ciertos elementos que luego el director repetiría en sus siguientes películas, como por ejemplo su narrativa. El director es un genio a la hora de narrarnos historias y de absorbernos con ellas. Sabe utilizar los tiempos de manera perfecta, sabiendo cuando contarnos cada cosa en us momento adecuado. Eso es una virtud que muchas veces no tenemos en cuenta y que suele marcar la diferencia entre una buena película y una gran película. En este caso, A bittersweet life es un ejemplo maestro de como hacerlo.




Pero no solo de la narrativa vive esta película, y es que si algo la hace brillar con excelencia es su increíble fotografía. Los planos están rodados con gran gusto y belleza. Ya solo en los primeros cinco minutos vemos el gran talento en las manos de nuestro director, que sabe sacar partido a cada fotograma y a cada movimiento de la cámara. Jugando con los espejos, las ventanas y los escorzos, Kim Ji-Woon nos entrega una clase acelerada de cómo rodar cine de alta calidad sin apenas dejarnos parpadear un momento para no perdernos detalle de todo ello. Sabe hacer fácil lo que en realidad es difícil, gran virtud.

Además hay que reconocerle también que la mezcla de sonido con lo anteriormente nombrado hacen que todo crezca muchos enteros, pues podemos reconocer a la película por ciertos sonidos y música que han pasado a los anales de la historia del cine coreano. Una buena banda sonora y un buen background siempre son señal de que todo va por el buen camino. Y llegados a este punto, no puedo sacarle ninguna pega a esta gran producción. Solo decir, que aquellos que no estéis familiarizados con el cine negro y con las tramas mafiosas, puede que también disfrutéis de esta película.




Al comienzo de esta crítica hablé de un reparto estelar, y es que nuestro protagonista es Lee Byung-Hun, una de las mayores estrellas del cine coreano por películas como Joint Security Area, Encontré al Diablo o El malo, el bueno y el raro. Un actor de gran talento que lleva más de dos décadas sorprendiendo con cada nuevo proyecto en el que está. Pero además de él, en la película está Hwang Jeong-Min, que ha ido creciendo como la espuma gracias a sus papeles en El hombre que fue Superman, New World y The wailing más recientemente y que es uno de los mejores actores del panorama asiático. La chica es Shin Min-A que no hace mucho cine recientemente (más centrada en las series), pero que era una actriz muy cotizada en la gran pantalla en el pasado. Algunas de sus mejores películas son Sad Movie o Madeleine.

Del director decir que hace poco rodó un mediometraje llamado The X con un reparto curioso, entre ellos, la susodicha Shin Min-A y el actor en auge Kang Dong-Won. Su última película fue El imperio de las sombras (The age of shadows) junto a Gong Yoo, y aunque no se ala mejor de sus películas, sigue enseñándonos que su talento no tiene límites. Sin más, espero que disfrutéis de la experiencia que siempre es ver una película de este señor y podáis pasar una buena tarde-noche. Recordad y reflexionad con la frase del inicio de la película.




Bienvenidos al cine de calidad que tanto amamos y que siempre esperamos que se repita y nunca caiga en el olvido. A bittersweet life es y será para siempre una grandísima película.


TRÁILER DE A BITTERSWEET LIFE:




FICHA TÉCNICA DE A BITTERSWEET LIFE:

Título original: Dalkomhan insaeng (A bittersweet life)
País: Corea del Sur
Año: 2005
Duración: 120 min.
Director: Kim Ji-Woon
Reparto: Lee Byung-Hun, Shin Min-A, Hwang Jeong-Min
Género: Thriller
Nota: 9'5/10


¡Hasta pronto y a ver mucho cine asiático!


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