CONFESSIONS, MUCHO MÁS QUE UNA VENGANZA
¡Buenas tardes amantes de lo asiático!
Volviendo al pasado, esta vez viajamos ocho años atrás para repasar la que fue seguramente la mejor película del año tanto en Japón como en el mundo entero: Confessions. Ese año asistimos a una de las historias más sorprendentes, contundentes y crudas de la historia del cine, donde una profesora de instituto daba una lección de vida a muchos de sus alumnos como venganza a la muerte de su hija a manos de todos ellos. Cómplices y verdugos unidos por un mismo castigo que nunca olvidarán.
Si nunca habéis oído hablar de Confessions o se os ha quedado en el tintero durante largo tiempo, esta es la ocasión perfecta para dejaros convencer por mis palabras y mi pequeño repaso a una historia que merece ser contada y compartida. Catalogo pues a esta película como una obra maestra imprescindible dentro del cine mundial y de obligatorio visionado si queréis ver una de esas tramas que dejan concienciamiento y profundo debate interno.
CONFESSIONS
En un instituto, el último día de clase, una profesora se despide de sus alumnos y, además de anunciarles que deja la escuela, les confiesa que su hija de cuatro años que, aparentemente, murió ahogada en la piscina de la escuela, fue en realidad asesinada por dos estudiantes de esa misma clase. También les hace saber que ya ha puesto en marcha su venganza contra ellos. Una venganza que pasará a los anales de la historia del cine por ser una de las más brutales y viscerales jamás vistas. Si sois de estómago sensible y de lágrima fácil, id con cuidado.
Podemos decir casi con total seguridad que los primeros veinte minutos de película son una total maravilla. Veinte minutos en los que la profesora hace un monólogo frente a una alocada y totalmente maleducada clase que va creciendo en silencio a medida que las palabras van surgiendo de los labios de una mujer que denota carisma, dolor y determinación en sus objetivos y su mensaje. Los alumnos se dan cuenta (incluso a esa edad) que lo que se está contando cambiará sus vidas y que una simple reflexión no será suficiente para salir de tal atolladero.
Jamás un discurso había calado tanto en el público y nos había dejado tan tocados. Con cada frase que va acabando se van añadiendo pensamientos en nuestro interior y debates éticos que van más allá de un simple problema o una simple moraleja. Ese discurso es una crítica a una sociedad corrompida desde dentro, por culpa de una manera de ser que no les lleva por el buen camino y por una estructura estudiantil y de sociedad que pena a todos aquellos que sean débiles. Un lugar donde los matones son el pan de cada día y donde ser buena persona está castigado con incluso la vida. Así es Japón, el país con el mayor índice de suicidios del mundo.
Las presiones comienzan en el colegio, y esta película quiere hacernos incidir en ello. El primer acto de la película nos deja lo suficientemente concienciados como para parar de ver todo lo que sucederá después, pero creedme, no lo hagáis. Si por algo brilla esta obra maestra del cine es por aportarnos grandes momentos hasta sus minutos finales, los cuales son apoteósicos. Si creéis que lo mejor está en su comienzo, no os perdáis ese final, no lo veréis venir. Además, una cosa que me encanta de esta cinta, es que no solo nos da la visión dentro del colegio, sino también la de las vidas de sus estudiantes fuera de él. Oscuras vidas que parecen más típicas de alguien con profundos problemas psicológicos que de un niño de esa edad.
Pero no solo la trama es sensacional, sino también cada uno de los jóvenes actores y actrices que podemos ver en pantalla, todos ellos transmitiendo cada momento de tristeza, alegría, impotencia o miedo de forma espectacular, dejando claro que tienen mucho futuro y que los japoneses no siempre son exagerados en sus interpretaciones. Eso sí, sin contar la perfecta e insuperable actuación de la actriz protagonista, Takako Matsu, que está casi seguro ante el mejor papel de su carrera, desarrollando una de las personalidades más submersivas y profundas de un personaje que vale mucho la pena analizar. Su venganza es solo una motivación más dentro de un montón de objetivos que se nos irán desvelando con los minutos.
Además, técnicamente estamos ante una propuesta de lo más atractiva, pues el tono entre azuláceo y grisáceo de las imágenes denota esa depresión que los personajes sienten, esa profunda negatividad y tristeza que se transmite. Cada imagen habla por sí sola, no hacen falta palabras ni música (aunque ésta también es excelente), Confessions es un viaje a nuestros corazones que nos dejará profunda marca. Pasados los años sigo recordando cada una de sus partes con total claridad, y eso dice mucho de lo que hoy os quiero transmitir. Puedo llegar a decir que os cambiará la manera de ver el cine.
Hacen falta películas así más frecuentemente, y es una pena que no sea así. Pero si algo es sorprendente en todo esto es que esta película no ganó el Oscar a Mejor película de habla no inglesa en su año, quedando relegada incluso fuera de las Nominaciones de 2011, una de las decisiones más bochornosas de la academia del cine y de la historia del mismo. No puedo comprender a día de hoy qué demonios sucedió, pero sin duda es una total vergüenza (no sé porqué todavía me sorprende sabiendo como funcionan las cosas). Estoy seguro que coincidiréis conmigo en esta reflexión.
Me gustaría extenderme infinitamente hablando sobre esta joya del cine, pero voy a dejar que todo lo que quede por explicar, lo descubráis vosotros. Y aquellos que ya la hayan visto creo que no necesitan ni más palabras ni más detalles, pues saben que no hay exageración en mi análisis. Esta es de esas películas de las que es mejor no decir mucho y dejar que afloren nuestros sentimientos con cada imagen y plano que veamos. Así pues, haré un pequeño repaso a su reparto y dirección.
Como ya he comentado anteriormente, Takako Matsu es la protagonista de esta película, pero hay que admitir que no es muy conocida fuera de su país. Sus trabajos se cuentan por decenas, pero destaco La espada oculta (The hidden blade) de Yôji Yamada y Tokyo Towers de Joji Matsuoka. De los chavales que tenemos en pantalla destaco a Yukito Nishii , Kaoru Fujiwara y a Ai Hashimoto. Y quiero destacar un papel de un personaje secundario, el de Masaki Okada, el hombre que aporta el brillo y positivismo de toda la película, porqué por lo demás es difícil ver una sonrisa sincera.
El director es el genio Tetsuya Nakashima, que pocos años después presentaría El mundo de Kanako, una locura muy semejante al tono de Confessions pero con un estilo mucho más pasado de vueltas, fiestero y bastante confuso, no tan recomendable como la película de hoy. Anteriormente también había dirigido Conociendo a Matsuko y Kamikaze girls, que espero que también veáis. Un director que desde su más grande humildad ha sabido siempre sacar provecho a su talento.
Sin más, os dejo con el tráiler de la película y sus fenomenales imágenes para que se os queden grabadas en la retina.
TRÁILER DE CONFESSIONS:
FICHA TÉCNICA DE CONFESSIONS:
Título original: Kokuhaku (Confessions)
País: Japón
Año: 2010
Duración: 106 min.
Reparto: Takako Matsu, Masaki Okada, Yukito Nishii, Ai Hashimoto, Kaoru Fujiwara.
Género: Thriller / Drama
Nota: 10/10
¡Hasta pronto y a ver mucho cine asiático!
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